Por Damian "Puma" Gaspari

26 de marzo de 2021

Músico, empresario gastronómico. Hijo del rock argentino. Fue parte de Soda Stereo, de los Ratones Paranoicos y músico permanente de Charly García. Con su nueva banda de amigos, “Zorrito Von y Los Gustocks”, recorren el país tocando temas destacados del rock. Incursionó de gran manera en TV haciendo cocina y música, sus dos pasiones. Entra en La Cueva: Fabián “Zorrito” Von Quintiero…

¿Cómo ves las nuevas herramientas tecnológicas como el Zoom que se instalaron por la pandemia? ¿Llegaron para quedarse?

Estamos todos zoomeados (risas). Llegó el Zoom como una herramienta a distancia que a mucha gente le sirve para trabajar. No sé si les sirve a los chicos para la escuela, no estoy muy convencido. Y a nosotros los músicos, los artistas no nos sirve para nada (risas).

¿Te referís a los shows por streaming más que nada?

Creo que todos los intentos para tocar a distancia no dieron la satisfacción esperada.

Falta el ida y vuelta con la gente…

Falta la magia. La magia que se produce, la de siempre, la histórica. El escenario, el artista, la música y la audiencia. Eso es irremplazable, por más tecnología que le metamos. La comunión entre lo que te mencioné no será reemplazable por nada.

La frialdad de estar solo frente a una cámara para el artista…

Estos streaming han sido difíciles para gozar, para disfrutar. Si bien, en el medio de la crisis, la gente lo disfrutaba a su manera. Nosotros también con el hecho de saber que estábamos conectando y dando un poco de alegría. Tocar sin gente no sirve, claro nosotros tocamos, ensayamos, zapamos. Pero cuando entra la gente es cuando se completa la acción.

 

¿El público resignifica el mensaje del otro lado?

Si algo va a dejar claro esta pandemia es que la audiencia resignifica todo.  Sin audiencia no se termina de cerrar la sensación orgásmica que es tocar. Lo digo tanto para el artista como para el público. Está más claro que nunca que la audiencia debe ser respetada, tratarla bien, cuidarla, quererla, es muy importante todo, no es sólo el ego del artista.

¿En lo personal como viviste la pandemia?

Lo llevé. Fui uno de los primeros en estar en cuarentena porque cuando volví de México con el show de Soda Stereo, tuve fiebre, perdí el olfato, entonces me tuve que quedar aislado, encerrado en casa. Después hice un compilado sobre frases de canciones de Charly García, frases premonitorias de lo que estaba pasando, por ejemplo “Yendo de la cama al living” que fue la frase destacada mundial de la pandemia (risas). Después conecté con la gente cuando volví a mi negocio gastronómico, con protocolos claro pero estuve mucho ahí.

Y al abrirse un poco todo volviste a tocar con gente…

Llegando más al verano claro, fuimos a Punta del Este, toqué en Mar del Plata y ahora vamos a estar con Los Gustocks tocando en Rosario, en un escenario muy lindo, con muchos amigos rosarinos. Ir Rosario siempre es un pacer, es una ciudad rockera fuerte. Y en semana santa volvemos a Mar del Plata. Nos vamos a sacar las ganas de tocar en vivo que es lo más duro que nos pasó como artistas, no poder tocar en vivo.

¿Cómo nace el proyecto de Los Gustocks?

Es una banda que se da los gustocks (risas). Los gustocks de tocar las canciones que nos gustan. Es un proyecto chico, casi como un hobby, el hobby de tocar grandes canciones de acá y de allá. Con todos músicos amigos: Ike Parodi en la voz, Nico Bericiartua en guitarra, Larry Normal en teclados, Mario Laurino en batería y yo en el bajo. Es una banda mixta rosarina porteña. Nació y por suerte en el primer show la gente alucinó y seguimos haciéndolo. No tenemos música propia todavía pero la música que hacemos es muy agradable. Nos interesa entretener a la gente e interpretar canciones de otros artistas que admiramos.

El termómetro siempre es la gente…

Siempre. Nos interesa tocar, disfrutar y que la gente disfrute. El anhelo que tengo es llevar la música al interior del país, juntarnos con cantantes. Llegar hasta ahí y conectar con la gente. Necesitamos a la gente para retroalimentarnos para que no haya más streaming (risas)

 

¿Cómo ves el rock argentino en la actualidad?

¿Cuál sería el rock argentino? Muchos artistas argentinos hoy de alguna manera suenan a otra cosa. Muy puertorriqueños, muy latinos…

Hay mucha fusión…

Hay mucha fusión…con la L en vez de la R, mucho de eso. El rock nuestro más que nada está guardado en los discos. Cuesta ver proyectos de rock argentino con extractos del rock tradicional. Sobre todo en los consagrados, porque sé que hay muchas bandas que lo hacen pero no son conocidas.

¿Te gusta alguna banda en particular?

Si me pedís así una te digo El mató a un Policía Motorizado, me gustó siempre. También ahora surgió Conociendo a Rusia con Mateo Sujatovich, un chico educado en la cultura del rock nacional. Por su padre y su abuela más que nada.  Y después están las bandas históricas de siempre…

La música no te jubila eso es lo bueno…

La música tiene que sonar hasta el último día de tu vida. Nunca dejes la música. Vos podés dejar un montón de cosas, cambiar hábitos, viejos gustos, dejar amores, dejar el país…lo que nunca podés dejar es la música.

Y más la música nacional…

Tampoco, la verdad tenemos la suerte de nacer acá, tener una música nacional muy importante en la cultura del país. Como otras vertientes como la literatura, el cine argentino, el arte, el tango, el folclore, la cumbia, son todas expresiones de cultura que queremos. Pero el rock nacional es muy importante para la formación de los que vendrán.

Rock Argentino siempre dice Litto Nebbia…

Rock Argentino me gusta ese sello. Yo lo llamo rock argentino o rock “naciomal” (risas). Es un chiste que hacíamos con Charly García de la interna nuestra. Litto fue fundacional, muy importante en toda la movida. Después llegó el flaco Spinetta y lo inventó al rock. Le dio toda la poesía en la música, la melodía, sacada hacia otro contexto, otro vuelo. Y apareció Charly (García), Manal, Pappo que le dio fuerza, poder. Y ya en los 80s llegaron otras bandas muy consideradas afectivamente por la gente.

¿La gente toma a las bandas como banderas?

Lo que logra el rock argentino es el afecto. La consideración, incluso la gente grande que dice que el rock es parte de su vida. Toca fibras más íntimas, más que otros géneros. Hay una conexión del argentino con el rock argentino y es muy importante que se mantenga, que se disfrute.

Sirve como inspiración para hacer otras cosas además…

Vos ponés un disco de rock argentino, de Spinetta, Charly, Pappo, o bandas nuevas también mientras cocinas, trabajas o lo que sea y te vas a pegar un lindo viaje. Es calma, es relajación, es otra cosa. Te lleva a otro lugar, te saca del noticiero, del chisme, del mal trato, de la envidia, te saca de la porquería de nuestro ecosistema. Es parte de la calidad de vida a la que puede aspirar culturalmente.

¿Y ser parte de esto que te causa?

Me emociona. Porque soy hijo de esta cultura. Y ser parte me permitió ser una persona más íntegra. Disfrutar más de la vida, ser más copado. Me formó mucho la música, desde mi adolescencia yendo a recitales. Es muy afectivo el vínculo.

¿Qué proyectos se vienen en el 2021?

Se viene la cuarentena, los vivos de Instagram, la vacuna, cocinar (risas). Quizá venga eso, esperemos que no. La ilusión de volver a tocar en escenarios más grandes, mi agenda es a partir de octubre salir de gira nuevamente con el espectáculo de Soda Stereo por Latinoamérica y terminar en diciembre en Argentina en el Campo Argentino de Polo. Y cuando lo vacunen a Charly García volver a tocar con él. Eso es lo más claro que tengo en el año.

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