Por Damián Zárate

10 de diciembre de 2020

Actor, Director Teatral y dramaturgo. Su primer espectáculo lo hizo de mimo. A la par que estudiaba actuación trabajó de varias cosas. Estuvo exiliado durante diez años en España, Francia y Estados Unidos. Tiene más de 80 obras y 80 películas en su haber. Maestro de artistas. Entra en La Cueva: Norman Briski…

¿Qué opinás de la radio?

La radio me pone intenso como el teatro. Es un medio extremadamente interesante. Por mis características gestuales, la radio hizo que mi centro se basara en las palabras. Es un ejercicio que tenemos que usar y pensar que tal vez nos comunicamos mejor si no nos vemos tanto (risas)

¿Qué relación directa o indirecta tuviste con la radio?

Mi infancia está muy vinculada a la radio. Mi madre era muy oyente. Y Argentina siempre fue vanguardia en radio, fuimos de los primeros países que asumimos la radio. Tenemos una buena historia con el medio. Para mi es instructiva, me informo mejor en la radio que en la TV. Tiene una velocidad distinta, se piensa en la charla. En cambio, en la pantalla hay un apremio deshumanizado. La radio rescata la palabra sobre todo cuando hay menos intereses de por medio, te menos stress.

¿Te acordás la primera vez que entraste a un estudio?

Mi tenía la oreja siempre en los radioteatros, pero en Santa Fé no conocí ninguna. Recién en Córdoba conocí las primeras radios. Y con el tiempo tuve la ocurrencia, en los años 70, e inventé el Tricicloclos, iba en un triciclo y le hacía reportajes a la gente en el barrio. Hay tantas maneras de hacer radio que esté cerca de la gente, que sirva para auxiliar, ayudar.

Y el concepto de la radio para entretener…no hay que perder ese eje

Seguro. Entretenimiento como en el radioteatro como por ejemplo. Yo me alimento como actor de todas esas cosas para entretener. Hoy en día habría que cambiar porque el mundo va por un lado dónde parece que el entretenimiento en radio no sirve.

¿Tenés el momento dónde te empezó a gustar el arte?

Soy de una familia que me permitió asumir el juego del teatro. Toda la cultura estuvo cerca en mi casa. Yo en la escuela, en segundo grado, vi ensayar una obra por el vidrio de una ventana a los chicos de quinto grado. Entonces la maestra me vio y me invitó a pasar a verlo. Vi actuar, las expresiones, la gestualidad exagerada, los trajes, etc. Y me quedó para siempre. Y otra vez, en Córdoba, con mi mamá fuimos a ver una ópera al anfiteatro. Imagínate mi locura que mi mamá me cerraba la boca porque estaba hipnotizado. Siempre tuve mucho interés de chico.

¿Y tus viejos que hacían?

Mi viejo tenía un negocio de electricidad. Vendía arañas para el techo y se las daba al Teatro de Comedia en Córdoba. Entonces yo podía entrar al teatro libre todos los días. Entraba al gallinero, entonces de chico vi teatro todo el tiempo. Y veía a las mejores figuras del espectáculo. Además, en mi casa se escuchaba mucha música, teníamos un piano, que ahora lo tengo yo en casa, y mi prima, tocaba y escuchaba música muy exótica.

 

¿Y de todo el teatro que viste que obra te marcó para tu carrera?

En el Teatro San Martín de Córdoba vi “Esperando a Godot”, quedé maravillado. Esa obra fundamenta mi vocación. Cuando la vi dije yo quiero hacer esto.

¿Tu familia te acompañó en tu decisión de dedicarte al arte?

Ellos estaban ocupados en otra cosa. Yo me recibí de Técnico Electromecánico, estudié Arquitectura. Mi vieja me decía mirá las manos llenas de grasa así no podés tocar el piano (risas). Creo que ellos estaban ocupados en mantener a la familia, de tener la casa, de traer comida, eso los ocupaba mañana, tarde y noche. Además, a mi vieja le gustaba mucho el progreso. Había sido discriminada en su momento como inmigrante. Mi viejo había perdido cinco hermanos en la guerra. Entonces eso los impulsó a no parar. Entonces ellos nos daban la premisa y después se borraban. Éramos hijos a control remoto (risas)

¿Cuándo eras joven te cruzaste con el Che Guevara?

¡Sí! Pero no sabía que era el Che. Era un flor de tipo. Yo era motoquero y nos juntábamos en Córdoba. Él prestaba la moto, que eso no era muy común. Hacía locuras, se subía arriba del tranvía. Una vez quedamos con encontrarnos en el arco del triunfo de Córdoba para viajar a Mendoza. Sé que él salió, pero en esa época no coincidimos finalmente. Era un aventurero, nosotros éramos inconscientes de lo que pasaba. Yo fui así hasta los 27 años, éramos inocentes.

¿Seguís usando la moto?

Tengo moto sí. Yo con la moto llegó rápido a todos lados. En seis minutos estoy en el teatro, por ejemplo. Es muy práctica la moto. Hay que tener recaudos claro.

¿Alguna vez el actor compitió contra otra profesión o hobby?

El actor compitió contra la vida misma. Todo me gusta, la arquitectura, que lo utilizo mucho en el teatro, me gusta pescar, el amor, la vida. Me entusiasmo con facilidad, a veces tengo cierta tontera, me cuesta enfocarme en algo solo. Mi profesión consiste en buscar el placer, y ese goce implica muchas cosas difíciles de poder sobrellevar.

Muchos actores te nombran como referente en cuanto a la docencia…

Siempre digo que lo importante del teatro es la vida. La vida sobre el teatro, la vida te hace hacer teatro, jugar, padre, hijo, etc. El teatro es un juego divino pero la vida te da la materia para poder estar en escena. El actor que tiene más ganas e intensidad para vivir va a ser mejor en las tablas. Yo les digo…¡andá a vivir y volvé!

¿Cómo ves al teatro luego de la pandemia?

Hay que buscar nuevas estéticas, nuevas maneras. Yo encontré algunas. Hay que provocar a la gente para que sepa que hay alternativas vitales como, por ejemplo, el teatro en la calle. El protocolo se cumple solo por estar al aire libre. Y el teatro en la calle tiene una historia riquísima, Moliere, Shakespeare, etc. Todo era teatro al aire libre. Hay que utilizar técnicas distintas, pero es una manera de hacerlo. Yo lo estoy haciendo y la pasé fenómeno.

¿Cuál es el momento frontera en tu vida?

El exilio para mi fue una frontera. No pude estar en mi país durante diez años. Fue gravísimo para mi existencia, tuve que inventarme para sobrevivir.

Entrevista Programa “La Frontera” AM1390 Radio Universidad Nacional de La Plata

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