Por Damián "Puma" Gaspari

De familia melómana, sus hermanos lo influenciaron en la música. De chico tenía muy en claro el camino a seguir. Uno de los pilares del rock argentino, primero junto a Los Guarros y luego siguiendo una gran carrera solista. Tango, folklore y mucho rock. La música como bandera. Entra a la Cueva: Javier Calamaro...

"Somos la resistencia" decís en las redes sociales. ¿Cómo estás viviendo estos días con la pandemia que nos azota?

Con paciencia. Con cierta esperanza de que de las grandes crisis salen grandes cambios. Creo que ahora el cambio va a ser interno, reflexivo y que va a traer buenos procesos creativos. Grandes ideas, buenos encuentros.

Hoy me desperté pensando así, como ayer me desperté un poco deprimido porque dije acá nos cagaron la vida a todos...Estoy viendo las cosas totalmente desde otro lado. Logré canalizar todo eso y me siento súper creativo.

¿Qué cosas te preguntas con relación al virus?

¿Qué es lo que ésto nos puede generar que estaba dormido? Que estaba latente. Nosotros usamos el 10 % de nuestro potencial en muchos sentidos. Tenemos cierto coeficiente de fuerza, de inteligencia. Somos inmunes y capaces de regenerarnos hasta cierto punto. Pero en realidad eso es lo que creemos. Estoy pensando que hay "algo" que se puede desatar con todo esto. Sobre todo si en vez de ver lo malo, ves lo bueno, que lo tiene.

Algo bueno de lo que contás es que ha bajado la contaminación...

Los ecologistas están contentos, se despejó el cielo de China, que estaba tapado por la contaminación. Ha bajado al uno por mil de lo que era hace dos semanas.

Otra cosa positiva es que uno puede aprender a ser solidario porqué si te cuidás vos, cuidás al otro.

Sería bueno que aprendamos varias cosas más. Ser solidario es una de ellas. Deberíamos aprovechar esto para mejorar en algo.

Hablabas de que tenés días creativos. En relación al coronavirus subiste a las redes un video con la música de "El rey del trapo" y la letra relacionada a la pandemia. Firmada por "Don Nadie"...

El video que hizo "Don Nadie" no fue el primero que se hizo de ése tipo. Me refiero a un artista rioplatense inspirado en el virus, compartiendo gratis su arte. Yo lo vi a Jorge Drexler, en plan Drexler, al que le tengo prácticamente más respeto que a nadie. Y el que hice yo no tiene nada que ver (risas)

 

La gente tiene pánico también por lo que ve en televisión. ¿Vos sos de ver TV?

En realidad no veía televisión antes así que no tengo porqué verla ahora (risas). Yo me entero de las cosas en el último segundo ingresando a las redes sociales. Prefiero tener un día tranquilo dónde medite acerca de la humanidad y en dónde yo decida lo que va a pasar, o mejor dicho, qué es lo que está pasando.

Que nada te marque la agenda del día...

Ni la agenda, ni el ánimo, ni nada.

Para eso también sirven las redes, para seguir estando en contacto con la gente a pesar de la cuarentena.

Claro. Yo ofrecí un encuentro por streaming con otro músico. Totalmente gratuito. Veo que hay artistas que están lucrando en este momento y ofrecen recitales pero los están cobrando. Es increíble.

Saliendo de toda esta locura actual te consulto por cómo comenzaste con la música. ¿Qué influencias tenías en tu casa?

Con la música no recuerdo cuando comencé, sobre todo porque tengo mala memoria. Tengo una imagen siendo muy chico subiendo por el ascensor, no recuerdo de cuál casa, que vivíamos con mis padres y hermanos. Y mientras el ascensor subía yo crear mi primera melodía. Tenía menos de 6 años porqué sí recuerdo que yo no sabía escribir.

Siempre estuvo la música ahí. Mi padre era un señor melómano que se ponía a escuchar de todo. Y mi hermana que fue el primer músico de la familia. Venía de la música popular pero con mucho nivel. Se hacía con mucha seriedad y conocimiento de causa, ella tenía un grupo folklórico. Te hablo de mi hermana Eve que me lleva 21 años.
Andrés y yo éramos muy chiquitos y en mi casa ocurrían cosas maravillosas. Y todas venían del lado de mi hermana.

Era casi obvio el camino que ibás a seguir...muy ligado al arte.

Por lo menos tenía la puerta abierta.

Cuando empezaste a elegir la música. ¿Cuál fue el primer disco que te compraste?

En esa época eran discos de pasta, simples. Que tenían un tema de cada lado, pero vos ibás a buscar un tema, no los dos. El otro lo ponían de relleno porque el disco tenía dos caras. Son muy grasiosos los primeros dos discos que compré. El primero fue "Zamba para olvidar", de Daniel Toro. Pero era la versión de Zamba Dipindor, que es súper folklórico (risas). Creo que tenía 9 años, era el único lugar donde podía ir solo porque era el kiosco de la esquina de mi casa y vendían discos. Una cosa rarísima. Y el segundo disco fue "In My Life" de The Beatles, tema que está en "Rubber Soul".

Ahí te empezaste a acercar un poco más a la música rock...

Claro, pero ¿sabés que fue lo primero que canté en mi vida? No recuerdo si fue la "Zamba del corralero" o el tango "Garufa". Yo cuando agarré la guitarra y empecé a componer con letra y música, mi primer grabación la hice a los 11 años, te hablo de una grabación seria en un estudio. Ahí sí estaba más cerca del rock, pero cuando empecé a cantar no tenía nada que ver...

A lo largo de tu carrera fuiste jugando con los distintos géneros. ¿El artista siente esa madurez cuando puede ir de un lado a otro sintiéndose cómodo?

Claro. En mi caso era muy natural porque era una gama sonora que yo escuchaba desde que nací, por mi viejo. Que me introdujo en la música desde un lugar muy amplio. Me daba lo mismo en ése momento. Para un chico, creciendo en ése contexto, con una hermana música y otro hermano, como Andrés, que es 4 años mayor que yo, pero que también escribía de chico. Tenía los ejemplos a la vista. Al ser chico no existe la discriminación, no le ponemos rótulos a nada. Podía cantar un tango, una zamba y después escribir cincuenta temas más parecidos al rock.

¿Te acordás lo primero que escribiste?

No recuerdo la edad, sí que era muy chico. Tenía el ritmo de música Beat. En ésa época ya existía el "beat" argentino, había programas de televisión, sacaban discos de pasta de muchos colores. Grupos musicales que hoy los vemos como algo absurdo, pero que en ése momento eran los que veíamos por la tele (risas)

Todo influenciado por The Beatles, los Stones o Elvis Presley...

Era un estilo más careta que los Beatles o los Stones. Sonaba mucho eso.

Por lo que me contás era imposible que quieras seguir una carrera tradicional en la Universidad. Siempre sentiste que el arte era lo tuyo.

No, claro. Nunca lo pensé ni tampoco tuve la necesidad de hacerlo. Al empezar tan de chico me pasó que al terminar el colegio tenía un montón de canciones. Ya había tenido dos o tres grupos distintos. Y al terminar el colegio me dieron la oportunidad de editar mis canciones con la banda que tenía en ése momento.

 

¿Se llamaba "Frappé"?

Se llamaba Frappé. Era lo que había quedado de un grupo de cuatro, en el que nos fuimos dos para un lado y dos para el otro. En mi lado quedamos con Hernán, formamos la banda y eran básicamente canciones de colegio post secundario. Después descubrimos que había otro mundo en la música, que se podía grabar y compartir. Y ahí cada uno siguió su camino.

¿Cómo viviste la incertidumbre del artista? Saber si podías vivir de lo que estabas haciendo.

Nunca tuve que definirme en ése sentido, no lo decidí. Era muy chico cuando me dijeron, ésto hay que armarlo, poner un mánager y salir a tocar. Ok, bueno perfecto, dale. Tuve un largo proceso en el cúal mi aspiración era ser músico. Por ejemplo, en el secundario yo hacía música, componía, grababa. Pero en realidad paralelamente a eso tenía el sueño de vivir de la música.

Hace unos años volvieron con "Los Guarros". ¿Cómo fue ése recuentro y que diferencias notaste con los comienzos de la banda?

La unión de Los Guarros fue muy linda, muy emotiva. Porque yo estuve 20 años sin saber nada del "gitano". Me reecontré con él casi por casualidad. La persona que estaba tocando conmigo la batería en ése momento volviendo de una gira me dice "me encontré con el gitano, me dejó éste teléfono", (el teléfono no era más el del gitano pero lo conservaba no sé porqué razón). Le mandé un mensaje y le dije "Hola, soy Javier", obviamente no sabía qué Javier era (risas), después me escribió y me dijo que volvía a Argentina. Antes de llegar al país, en los siguientes mensajes, porque él vive hace 23 años en Estados Unidos, ya estábamos armando de reversionar las canciones. Todo sin habernos visto en 20 años.
Nos encontramos, nos pusimos a tocar los temas y pensamos que hoy no los haríamos así, así como están grabados. Los tocamos como si los hubiéramos compuesto dos días antes. Fue un proceso lindísimo. Y de ahí salió el disco "7".

¿Cómo fue hacer el nuevo disco?

Es un disco maravilloso. Está en Spotify. Nuestros temas favoritos de Los Guarros llevados a una expresión no sólo actual, sino muchísimo más potente que el original. Y en éste proceso compusimos tres temas más que completan el reencuentro.

Es cómo decís reversionar viejos clásicos.

Canciones que vos dejaste en un freezer durante 20 años, que las sacás, esas canciones de todas las de Los Guarros, tienen una magia de dos épocas distintas. Se siente eso y en Spotify las podés escuchar gratis...Es un gran incentivo.

 

Ya se perdió el formato físico del disco con todo el avance de la tecnología. ¿Lo extrañas?

Hace mucho no existe el formato físico. Esa costumbre la perdí hace mucho. No es que escucho singles, escucho solamente las canciones que me gustan. Y hay veces, no me pasa con discos de los últimos 5 o 10 años, que me gusta escuchar el disco entero. Lo que pasa es que la música siempre trascendió al formato.
Nosotros crecimos pensando que la música eran discos, cassette, Mp3, Spotify, Itunes y todo eso. Pero la música no tuvo soporte físico durante siglos. Y de golpe fue sinónimo de disco. Pero la música siempre fue virtual y lo va a seguir siendo. Pasa que hacían un disco para vender, para hacer plata.

Antes de todo éso se juntaban a tocar música y no quedaba el registro.

Y no sólo Mozart, Paganini y Beethoven, sino todos. Es verdad que a partir del negocio, del rock bussines, los soportes tomaron tanta importancia y se universalizaron tanto, que al nacer y crecer en ésta época pensamos que la música eran los discos, o eran los cd, o eran los Mp3. Pero la música es la música. La música es sagrada, es eterna. Está mucho más allá de un soporte de cualquier tipo. Siempre lo estuvo. Nosotros creemos lo que nos venden.

La música es lo que vale...

Por supuesto

Hablando de los soportes y vender, alguna vez dijiste que te hiciste odiar por la industria...

En algún momento consideré que me estaba haciendo odiar. Capaz consideré eso por un cambio de estilo drástico, tal vez me sentía un poco incomprendido por la industria porque para mi ser músico no era hacer canciones parecidas durante todo una carrera como los Rolling Stones, por ejemplo. Sino hacer lo que se me ocurra, lo que se me canta el culo (risas)
Entonces un día tenía ganas de hacer tangos, y lo mantuve durante un tiempo. Porque tal vez quería hacer catarsis o sentí una llamada del tango. Y me sentí incomprendido, o más que incomprendido. Incluso cuando hice mi primer disco solista "Quitapenas", fue porqué realmente quería hacer eso y no otra cosa.
Me pintó hacer tango y lo hice. Otro día me pintó cantar abajo del agua para las ballenas, y lo hicé. Y un día hice un parate de nueve meses porque quería escribir un libro. Y era lo que quería hacer y no lo que me convenía. Entonces a veces, cuando hacés lo que querés, y no lo que te dicen que hagas podés sentirte marginado, incomprendido. Tal vez sea el sentimiento de un día, no es tan importante.

¿Te gusta todo lo que hiciste en tu vida?

Al fin y al cabo todo lo que hice me gusta, siento que me representa y lo sigo haciendo. Las cosas que hice en el medio las fui incorporando. De hecho no vas a ver un show de Javier Calamaro sin escuchar por lo menos un tango. A veces cinco o seis. Aunque el concierto sea de rock. Esas cosas son válidas y para mi lo siguen siendo. Aunque tal vez para los mánagers o la industria no, pero es parte de un proceso creativo.

El negocio de la música no tiene nada que ver con la concepción de la música. El Javier Calamaro que comenzó de niño en su casa con las influencias de su padre, hermana y hermano no pensaba en hacer música para vender.

Y lo sigue pensando. El poeta dijo "No olvidés de dónde sos ni adónde vas". Es una frase que venía marcando de pequeño y siempre va a ser así. Ser obsecuente significa hacer lo que querés y no lo que te piden. A veces hacer lo que querés, y es muy válido, tiene que ver con que te ofrecen mucha plata para hacerlo. Estoy de acuerdo con eso también, no estoy cerrado, me parece perfecto. Absolutamente todos nosotros, hasta el artista más bohemio dice "che, cuánto hay por ir a hacer esto" Sino estaríamos tiramos en la calle llenos de piojos (risas). Pero eso se llama trabajo. Si no laburamos, no comemos. No quiere decir que eso sea el eje de tu vida. Cuando eso es tu motivación me parece que no sos un artista ni una chota (risas). Y yo respeto mucho a los comerciantes...pero cuando voy a comprar comida u otras cosas.

¿Cómo compones? ¿Tenés alguna técnica en particular?

En mi vida no hay ninguna clase de reglas. Tengo muchos cuadernos con muchas cosas escritas. Tengo algunos de la época de Los Guarros, de los 90. Quedaron ahí, me dan cosa tirarlos. En ellos escribía lo que pintaba, de ahí salieron relatos, cuentos y muchísimas canciones. Y la gran mayoría eran poemas que no terminaron en ningún lado. ¿Hay algo más inútil que el arte? No decimos que sea útil, decimos que es sagrado, necesario, espiritual, reflexivo, terapéutico, pero no seguimos reconociendo que no se come con el arte ni te curás una gripe (risas). Sin embargo el arte es lo más sagrado, es el mejor invento del ser humano.

Tenes mucho material inédito. ¿Pensás algún día publicar algo?

Tengo miles de cosas, tal vez nunca las vuelva a ver. No tengo tiempo para eso porque normalmente estoy creando cosas nuevas. Salvando las distancias, una vez fui a la casa de Enrique Cadícamo, estuve con la hija y me mostró un placard, dónde uno guarda la ropa, del piso al techo, estaba lleno de escritos del padre. Todo papeles, hojas. Decenas de miles de cosas. Lo que conocemos de Enrique podría ser el 0.5 % de su obra. Canciones inéditas, guiones de cine, cuentos, relatos, cosas maravillosas. O sea, el que escribe, escribe.
Por ejemplo si uno escribe una canción porque te la pide Maroon 5 y te paga cualquier cantidad de plata, uno puede ser letrista profesional. Pero artista inquieto, que necesite escribir y crear eso era Enrique Cadícamo. Un tipo que no lo hacía por la plata, lo hacía por necesidad auténtica y profunda.

 

Eso que me contás es oro puro para un artista...¿Pensaste ponerle música a alguno de esos escritos?

Ella me ofreció. Pero justo había sacado mi disco de tangos y me iba muy bien, viajé a Europa, le había dado algunas a otros artitas. No recuerdo que pasó. Lo mismo me pasó con el hijo de Atahualpa Yupanqui, que me llamó y me mostró letras inéditas de su padre. Yo escribo mucho, no pienso en la plata cuando escribo. Cuando leo algo de otro no pienso en dinero, pero tal vez, en el momento que me lo ofrecieron estaba con otras cosas en la cabeza. Y ahí quedó. Una de las cosas en esta profesión es que hay que ser espontáneo y honesto con uno mismo.

¿Volviste a grabar con Charly García, como lo ves y como ves la escena del rock argentino?

Veo al rock más creativo que nunca. Me encanta que se está enriqueciendo de todos lados, la cantidad de artistas que hay. La nueva camada de la música urbana por llamarlo de una manera. Muchos vienen y siguen haciendo rock. Lo reconozco como un cambio generacional muy importante.
El reencuentro con Charly fue lindísimo. Me encontré con un Charly que hablaba, sonreía, escuchaba. Muy divertido, muy tierno. Estuvimos grabando cinco horas en el estudio y yo como un niño con mi brazo izquierdo sobre el hombro de él (risas). El resultado de eso no fue solamente "Sweet Home Buenos Aires", sino que hicimos una versión de otro tema que este año lo voy a sacar

¿Cumpliste el sueño con "Inconsciente Colectivo"?

(Risas) un poquito sí. Pero lo quería grabar desde que lo escuché por primera vez. Para mi era como un sueño grabar eso con Charly. Me acuerdo y sonrío.

¿Cómo viste a tu hermano Andrés con la gira de "Cargar la Suerte"? ¿Siguen teniendo el día dedicado a la familia?

Claro! Nosotros los miércoles nos juntamos en la casa de mi vieja religiosamente. Es un reencuentro lindísimo porque también vienen amigas de mi mamá presentes. Tiene una amiga que tiene 94 años y hablamos de todo. Lo veo siempre a Andrés. No es que hablamos todos los días pero esta semana sí lo hicimos por la situación que pasamos, por mi vieja. Nos interesamos mutuamente por lo que está haciendo el otro

¿Proyectos juntos?

No. Yo no hago muchos proyectos con la música. Son cosas que van apareciendo, cosas que veo. Hice 4 ó 5 canciones con Andrés y fueron que pasaron o que las ví. Capaz lo iba a visitar y me decía "che, estoy haciendo una canción, terminémosla juntos". O que estábamos juntos y se me ocurrió un título y le dije "no puedo parar de pensar en caramelitos de colores". Pensar en hacer un proyecto con él no, y creo que él tampoco lo ha pensado.

Es más lindo cuando sale espontáneo.

Claro, es más lindo. De esa manera tuve experiencias con 100 artistas. Charly García, Adriana Varela, Rubén Juárez (nuestro Jimmi Hendrix del tango) y muchos más. De esa manera es mejor, mucha planificación hace perder la magia.

Javier Calamaro en Spotify:

 

Los Guarros "7" Spotify: