31 de agosto de 2022

Músico, cantante, compositora. Una de las referentes del rock y del blues en Argentina. El próximo 24 de septiembre se presenta en el ND Ateneo. Entra en La Cueva: Celeste Carballo.

Venís sacando un disco casi por año…el año pasado fue “Celesteacústica, veinte aniversario” ¿y ahora que se viene?

Venimos sacando un disco por año sí, el año pasado fue “Celesteacústica”, que le sumamos tres canciones, la versión de “Rezo por vos” que hicimos con el “zorrito” Von Quintiero, “Mi elemento”, una canción de Luis Alberto Spinetta que grabamos con Guillermo Bonetto de Los Cafres y arreglos de Alejandro Terán en cuerdas, y un tema de Riff “Que sea rock”. Esas canciones se sumaron a las clásicas del disco que fueron versionadas en formato acústico. Y en 2019 habíamos sacado “Chocolate Inglés Rock”, que lo grabamos gran parte en vivo. Y este año saqué la canción “La voz del mar” y ahora estoy grabando otra versión de “Una canción diferente” por los festejos de 40 años de carrera.

¿Cómo fue reencontrarse con todas estas canciones que son parte de tu vida?

Fue importantísimo reunirme con la banda y con ese material. Además grabarlo en ese formato, si bien las canciones siempre las venimos tocando, pero en un formato más eléctrico. Fue un gran entrenamiento para nosotros, la gente en los shows las aceptó muy bien. Este repertorio  lo tocamos un montón, y nunca pensé que iba a ser así porque veníamos de la cuarentena, todos guardados y mucho zoom, pero nada de ensayar ni tocar, estaba fuera de training (risas). Pero salió el disco y nos pusimos a ensayar con la banda a. full.

También en estos tiempos salió la canción “Lucille”…

“Lucille” es una canción que escribí en honor a la guitarra de BB King. Cuando él voló al cielo blusero escribí ese blues en LA menor. Y explotó durante la cuarentena, entró al top five de mi Spotify. La gente lo descubrió y le gustó.

Las canciones siempre están…lo bueno es cambiar las versiones…

Las canciones siempre están, sólo cambian las versiones claro. Cuando vos grabas un disco tenés todo el tiempo y la tecnología a tu disposición. Ahora, cuando vos tenés que poner ese material, con sus arreglos, en un escenario, ahí el trabajo es diferente. Es más arduo, un disco es un producto, y un show es otro producto. Otra forma de trabajar, con la banda nos probamos y sentimos que vamos bien.

¿Hace cuánto tiempo están juntos como banda?

Llevamos ya 7 años tocando juntos con “el gaita” Gonzalo Lattes en guitarra, Pedro Colpachi en batería, Víctor Sanders en bajo que ayuda con algunas voces, porque se anima a cantar. A mi me resulta difícil conseguir músicos que canten. Y por último en teclado está Gustavo Silva, que nos solucionó muchos arreglos, porque es un rock más popero.

¿Y la gente cómo recibió todos estos shows post pandemia?

La gente estaba como loca…como loques (risas). Se están volviendo cada día más loques. Fue increíble y un reencuentro también porque en el año 2020 no hicimos shows. Veníamos tocando, estando en festivales, presentando discos, teníamos mucha presencia con la gente y de golpe fue todo zoom.

¿El streaming  y el zoom sirvió para estar cerca de la gente también pero no es un show en vivo?

Pero se siente la presencia de la gente, es muy parecido. Cuando estás cantando sentís la presencia de la gente, no es lo mismo a estar grabando en un estudio, por ejemplo. Yo me metí en varios streaming de otros artistas que me gustan. Lo que pasa es que lo que cambia es estar en el teatro, saltando con la gente. Y yo siempre llevo discos para regalar, porque ahora el disco es un presente para la gente, un recuerdo.

¿Hablás del disco como recuerdo pero qué importante es tener el disco en mano no?

En realidad es la obra completa, agrega la gráfica, la data, todos los músicos, productores. Y lo más importante es que el disco suena en formato WAV y no en MP3. El formato MP3 está planchado para que sea más rápido el streaming, no te metés tanto en el estudio. Si vos tenés un buen aparato para escuchar un CD o Vinilo, tenés más calidad.

Es otro tipo de escucha…

Sí, pero igual yo soy fanática de Spotify, aunque sea en MP3 me gusta porque tenés la inmediatez. Tenés cosas de todos los tiempos y todos los estilos. Es una enciclopedia. Yo le digo a la gente en Instagram que entré en Spotify, que se meta a las plataformas digitales.

 

Recién me decías ya 40 años con la música, pero ¿recordás tu primer contacto con la música?

Yo también me pregunto lo mismo y no tengo la menor idea (risas). Yo tenía 3 años y vivía en Devoto en una casa grande, en un barrio con muchos chicos y chicas. Yo hacía recitales en el patio de mi casa, cantaba canciones que inventaba porque no conocía ninguna. Venían todos los chicos del barrio y los entretenía una hora. En mi casa no había ningún artista en ese momento. Toda la vida canté, toda la vida escuché música, ya vengo así de otra vida.

¿Y hacías los recitales sola?                                                                                                                                                    

Con mi hermana hacíamos un escenario con una manta que robábamos de la cama de nuestros viejos, tipo telón. Y todos los pibes del barrio esperando sentados en sillitas de mimbre. Mi hermana me preguntaba “¿qué vas a cantar?” y yo le decía “no sé, abrí el telón” (risas). Y cuando abría el telón empezaba a inventar cosas.

¿Y qué música se escuchaba en tu casa?

Todo tipo de música popular. La radio siempre encendida, cuando la radio pasaba música todo el tiempo. Ahora hay que ir a buscar la música a Spotify.

¿Cuándo vos tuviste que buscar la música que te gustaba qué escuchabas?

Mi prima tenía discos de The Beatles cuando yo tenía 5 años, pero en mi adolescencia escuchaba Pappo´s Blues, Jimi Hendrix, The Rolling Stones…rock, blues, siempre.

¿El primer disco que te compraste cuál fue?

Me compré un disco de Joan Baez. Se vendían discos simples en ése momento con dos canciones. Y ella había grabado “Let it Be” de The Beatles y otra canción que fue un hit de Joan. Me lo compré en una disquería que estaba en la esquina de mi casa. Yo me la pasaba mirando discos ahí.

Y siempre cantaste entonces…

Toda la vida canté. Después en el secundario había un coro, y la profesora me puso de solista. Además de zafar de las clases de física y matemáticas, cantaba tangos, blues en inglés. Me acuerdo que en todas las fiestas de la escuela me hacían cantar.

¿Siempre fue la música en tu vida? ¿Te hubiera gustado hacer otra cosa?

Siempre la música. No sé si me hubiera gustado hacer otra cosa. Sí me gusta mucho la literatura, leer, escribir muchísimo.

Todo relacionado con el arte…

Más que nada la comunicación porque soy autora de canciones costumbristas, estoy contando una realidad. No soy autora de cosas poéticas, yo bajo los mensajes a tierra, a la realidad. Me gusta la música, la literatura costumbrista.

Una vez dijiste que tus canciones pintan el alma humana…

No sé si el alma humana, pero sí el día a día. La vida en tu barrio. Mis canciones pintan tu aldea, tu vida.

¿Te sentís referente del rock argentino?

Me cuesta tener esa macro mirada. Me cuesta tomar distancia, yo voy caminando por zapatillas por la tierra, yo hago música, yo soy una persona. Soy un ser humano, nada más simple que eso. Soy una persona que hace música, que sigue aprendiendo. Vivo el minuto a minuto, no tengo otra mirada.

¿Con tu experiencia te das cuenta cuando escuchás a un artista si es bueno o no?

No te das cuenta, no hay una técnica, la música es como el amor, tiene que llegarte o no. Te entra y te rompe el corazón, te vuela la cabeza o no te moviliza nada. No es algo que pensás con la cabeza, no pasa por ahí. Es hormonal.

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